miércoles, 19 de junio de 2013

Una hojita en el camino

Les quiero contar algo divertido que me pasó ayer.
Iba caminando temprano por el parque Araucano hacia la pega. Iba escuchando música con mis audífonos. La cosa es que estaba tan rica la mañana, la canción que estaba escuchando siempre me hace recordar a mi mamita (http://goo.gl/3y6qr), y me dió una sensación de felicidad que me hizo sentir su presencia total. Miré al cielo celeste sin una sola nube y pensé en que todo estaba lleno de Mamá, por donde mirara. Y luego en mi mente le dije, Mamita, si estás acá salúdame. Como iba pasando por el parque estaba lleno de árboles a mi alrededor. Todos los árboles tenían hojitas, pero sólo me fijé en uno, donde sus hojitas estaban totalmente estáticas, y solo una hojita grande se movía con el viento, de izquierda a derecha, como cuando alguien le hace chao con la mano a otra persona, muy fuertemente, y obviamente me quedé feliz de saber que mi Madrecita me saludaba a través de esta hojita que me decía hola. Estás en todo mamacita :) Te amoooo!

lunes, 10 de junio de 2013

Te extraño Mima!

Ha pasado un poco más de un mes desde que mi Mamita se nos fue, dejándonos un muy grande vacío a todos los que la amamos. No quiero escribir de nada en particular, solo contarles que es muy heavy pensar que mi Mamá ya no esté en este plano con nosotros. Nunca en la vida me imaginé que mi Madrecita se podría morir. Yo me proyectaba una vida casi eterna con ella. Soñaba con que ella me vería casada, o que jugaría con mis hijos y que me ayudaría a criarlos, como lo hacen todas las abuelas o tal vez se me pasaba por la cabeza que los querría tanto como quería a sus nietecitos, el Antonio y la Emi.
Pero la vida se ha encargado de llevársela aún muy joven. Mi Mujer Maravilla, mi súper heroína dispuesta a estar siempre con nosotros, ayudándonos en todo, ya no está. Y eso es muy muy triste.
Y esto me ha hecho pensar en las lecciones que he sacado en limpio. Amarnos ahora, abrazarnos, besarnos, decirnos que nos queremos, no postergar nada y ser felices y sencillos con lo que tenemos a mano y ahora.
Mi Mamá era dentro de todo, una gozadora. Ella, valga la redundancia, amaba amar. Amaba a Dios, amaba a su familia, amaba a sus nietos, sus amigas, sus colegas, su prójimo, hasta llegó a amar a mi cachorra (nunca le gustaron mucho los perros) solo por el hecho de que yo amaba a mi Pepa.
Puedo jurar que nunca se perdió un seminario o un retiro de los Carismáticos. Ella jamás decía que no por estar delicada de salud. Debo mencionar que eso a mi me daba demasiada rabia, pues verla todo el día en cama enfermita me destrozaba el corazón. Pero era la hora de ir a los Carismáticos y ella se levantaba como un resorte y todos sus males quedaban en el pasado. Guateros de semilla, parches calientes, estufas, café, de todo tenía para pasar el frío en una salita en la iglesia, pero jamás le dijo a Dios un "No puedo, estoy enferma".
Frases así eran recurrentes en su vida.
Mamá, vamos a la playa con los niños? Bueno.
Chabe, vamos a la once con las colegas? Bueno.
Chabe, vamos a un retiro en Rancagua? Bueno.
Chabe, hay que ir a ver a una señora enferma. Bueno.

Vacaciones de Invierno 2012, con los niños en Iloca




















No le gustaban los perros en la casa, pero a mi Pepa hasta tomando once en la mesa.


























Nunca un NO! A pesar de todas sus complicaciones físicas, nunca un no. Sus pasiones la dominaban por completo, y es divertido pensar que ella fue en algún momento la persona que no me dejaba ir a algún lugar por ABC motivo. Luego a mi me daba mucha pica que llegara y saliera como una quinceañera para todos lados! Con un 30% de visión, con sus huesitos delicados, con su anemia crónica, con sus músculos atrofiados, sin poder comer lo que todo el mundo comía libremente en una reunión o un almuerzo, privada de cualquier proteína animal. Ella se preparaba bien, y salía sin ninguna restricción. Qué lección nos dejaste Mamita. Supiste vivir tu vida a concho, siempre una buena madre, una buena hermana, una buena amiga, una increíble profesora. Lo dejaste todo en este mundo. Hasta la última gotita de energía la depositaste en los demás, hasta que te quedaste sin energías para ti misma. Pero yo sé que moriste feliz, nadie puede morir triste si se vivió de esa manera, entregándolo todo. Por eso te amo tanto, por eso sigo tus pasos, por eso jamás en mi vida te olvidaré.