viernes, 3 de mayo de 2013

Adiós mi Mamita, te amaré por siempre...

Amigos míos. Éste corresponde al último reporte del blog de Mamíta. Tal vez es un poco tarde para escribir, pero no podía ser de otra forma para mí. Tengo la necesidad de informar el último día de su vida acá en la tierra. Y esa misión la debía cumplir tranquila, sin presión, y con el corazón llenito de vuestro cariño y acompañamiento, que lo tuvimos por doquier estos dos últimos días. Acá va.

Miércoles 1° de Mayo del 2013
Después de un buen descanso y ya más tranquila que el día anterior, con una lluvia a punto de desatarse  en Curicó, partimos al Hospital a ver a nuestra Mamita. Como fue un día feriado, éramos muchos los que pudimos ir a verla. Éramos una gran patota familiar afuera esperando saber noticias. Como solo se podía entrar de a uno, el primero en entrar fue mi hermano Fermando. Estuvo un rato y salió con un mal semblante. Nos dijo que estaba muy muy mal, y estaba muy preocupado. Luego entró el Chacho y salió con la misma impresión. Luego fue mi Papá, quién salió destrozado llorando. Yo no quise entrar. No sabía si esa vez sería la última que la vería con vida, no quería verla mal, y preferí quedarme con sus grandes ojos mirándome de ayer, con su cabecita y su hombro apretándome mi carita, mientras regaloneabamos y nos acurrucábamos, y con esa sensación de que ya le dije todo. Por dios que agradecí su última despedida. Sé que ese día martes ella se despidió finalmente de mí... ese día martes ella se dio fuerzas para mirarme a los ojos y transmitirme todo ese amor infinito que me tenía. Uf! qué ojazos, jamás olvidaré esa mirada de amor tan grande.
Era su única manera de transmitirme todo su amor, mirándome, con sus ojos profundos, que me decían,"siempre estaré contigo hijita"...
Finalmente todos le pedimos a la tía Ali que entrara, pues ella le reza y tiene como pocos, esa fortaleza espiritual que es lo que en esos momentos ella y nosotros necesitamos.
Entró. Estuvo mucho rato adentro. Hasta que de pronto, la mamá de la Jessica, venía saliendo, y me comunica que necesitan a un familiar adentro, que hubo alerta roja. Alerta roja había aprendido mientras estuve en la Urgencias con Mamá, que significaba Paro Cardiorespiratorio, y mientras la tía me decía esto, yo pensaba, adiós Mamita. Mientras sucede esto, mi papá sale llorando y nos dice que mi madrecita adorada había fallecido. Luego sale la tía Alicia, y llorando desconsolada nos cuenta que murió con ella, que murió en paz, que su corazón exigido se fue calmando poquito a poco con ella mientras rezaba, y la tía le pedía a Diosito y la Virgen que la tomaran de la manito, que la guiaran y la acompañaran en su camino. Qué manera bella de pasar de la vida a la muerte. Me conformo que su muerte fue tranquila, en paz, que su camino fue guiado por la luz y de la mano de la Virgencita. Fue lo que ella necesitaba. Murió con su hermana del alma, acompañada, en la oración y como tal vez muchos quisiéramos.

Así es como termina la vida de mi adorada Madrecita en esta vida terrenal. Su cuerpo enfermito se extinguió poco a poco, después de una gran lucha contra el lupus que duró 22 años. Enfermedad que no extinguió sus ganas de vivir la vida a concho, con su familia, sus hijos, sus nietos, sus amigas, sus colegas. Enfermedad que además estoy segura la fortaleció desde el alma, pues jamás se dejó vencer por ella, y jamás dejó de hacer las cosas que más quería en la vida, hasta los últimos días de su vida, por estar con dolores o estar mal de salud. Al contrario, jamás se quejó, jamás dijo me duele esto, o esto otro. Ella simplemente pedía hora a los médicos, le daban más corticoides y trataba de hacer su vida lo más normal posible, no a partir de su enfermedad, sino a partir de sus pasiones. Muchas veces en estas visitas al reumatólogo o a tantos otros a los que fue muy seguido, le diagnosticaban nuevas enfermedades, enfermedades que son muy graves, de las cuales yo quedaba impactada para luego estar preocupada, porque se sumaban a las de siempre, más pastillas, más mugres que colocaba en su cuerpo deteriorado, pero eso para ella era lo más normal, y le daba la importancia que ella quería darle, mínima. Qué mujer que me dejó tantas enseñanzas predicando lo que practicaba. Mujer de perdón, sin malos sentimientos, solo cosas buenas afloraban de su humilde corazón. siempre pensando en los demás antes que en ella misma, postergándose en pos de su prójimo. Mujer que yo admiro desde lo profundo de mi alma. Seguiré sus pasos y sus enseñanzas, porque no existió jamas persona en el mundo que me diera tantas cosas buenas y me brindara tanta paz y tranquilidad en mis momentos difíciles.
Éste es uno de ellos, es más yo diría que debe ser el más difícil de mi vida, pero no lo siento así, porque me siento tranquila y en paz. Sé que desde el cielo ella como siempre, me consuela, me está acariciando mi pelito y me da besitos para que yo pueda estar bien y saque fuerzas desde mi alma para superar mi pérdida.
Después de tantos días entregada a mi Madrecita en sus últimos momentos, yo, su hija, su hijita, su negra, su indiecita, comenzaré a hacer mi vida cotidiana, sin ella, pero con ella desde arriba. Debo decir que amé hacer este blog, porque demuestra todo lo que la amo, describe sus últimos días de lucha, de esfuerzo, y eso lo quiero llevar conmigo para siempre, ese privilegio de que dediqué todo mi tiempo, mis preocupaciones hasta sus últimos días. Hasta siempre mi querida Mamita, te amo desde lo más profundo de mi corazoncito, se acabó tu sufrimiento, tu dolor, ahora a gozar junto a Diosito.

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