El día sábado, mi mamita en general estuvo súper. Lo más trascendente es que la
cambiamos de pieza, su pieza. Nos fuimos con todo para allá, porque ella lo
quiso así. Ahora tiene una pieza más grande, con más luz, con vista al parrón
del patio, y en el fondo más acogedora que en la que estaba. Por otra parte,
con la Camila, la niña que la cuida los fines de semana, técnico en enfermería,
le estaba cortando las uñitas de los pies, cuando me dice, que mi mama movió la
patita. Y después nosotras mismas le hacíamos cosquillas y ella movió de nuevo
el pie y los deditos, incluso llegó a mover de la rodilla para abajo. Sé que es
un acto reflejo propio del estímulo externo, pero es increíble, pues de ninguna
manera antes lo había movido. Y ella se puso muy contenta de haberlo hecho.
El día domingo estuvo lleno de gratas sorpresas. Para empezar es un día muy especial para ella, pues es el domingo del Jesús de la Misericordia, que corresponde al día domingo después de la Resurrección de Cristo. Ella es muy devota de este Jesús, siempre me regalaba una imagen para que me protegiera donde fuera. Y tal vez eso mismo la llevó a tener un día lleno de bendiciones y esperanza. Y, como fue un lindo día soleado el de hoy, temperamos la casa, la abrigamos harto y la sentamos en silla de ruedas por primera vez, con destino a almorzar en el living. La recibió la ventana con vista a su jardín y sus flores, un hermoso día, su música favorita y su sopita de verduras, de la cual comió 36 veces con cucharita! (su máximo creo que fue 8 o 10), y que corresponde a un poco menos de la mitad de su pocillo. Ahora, el postre, que es una papilla de frutitas cocidas, se la comió completa a cucharadas. Eso es un logro increíble! Estamos a pocos pasos de poder sacar la sonda. Lo importante es que ella le puso todo el power, quería comer otra y otra más, una por el campeón, otra por la moña y así… quedamos todos felices, incluso después que ella almorzó, nos acompaño un ratito en la mesa mientras la familia comía y fue bacán, totalmente integrada. Al rato se vio un poco cansada y quiso ir a su cama a descansar. Fue un día maravilloso., de verdad… el más lindo de todos J
El día domingo estuvo lleno de gratas sorpresas. Para empezar es un día muy especial para ella, pues es el domingo del Jesús de la Misericordia, que corresponde al día domingo después de la Resurrección de Cristo. Ella es muy devota de este Jesús, siempre me regalaba una imagen para que me protegiera donde fuera. Y tal vez eso mismo la llevó a tener un día lleno de bendiciones y esperanza. Y, como fue un lindo día soleado el de hoy, temperamos la casa, la abrigamos harto y la sentamos en silla de ruedas por primera vez, con destino a almorzar en el living. La recibió la ventana con vista a su jardín y sus flores, un hermoso día, su música favorita y su sopita de verduras, de la cual comió 36 veces con cucharita! (su máximo creo que fue 8 o 10), y que corresponde a un poco menos de la mitad de su pocillo. Ahora, el postre, que es una papilla de frutitas cocidas, se la comió completa a cucharadas. Eso es un logro increíble! Estamos a pocos pasos de poder sacar la sonda. Lo importante es que ella le puso todo el power, quería comer otra y otra más, una por el campeón, otra por la moña y así… quedamos todos felices, incluso después que ella almorzó, nos acompaño un ratito en la mesa mientras la familia comía y fue bacán, totalmente integrada. Al rato se vio un poco cansada y quiso ir a su cama a descansar. Fue un día maravilloso., de verdad… el más lindo de todos J
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